
Una noticia de gran impacto para el mundo católico y especialmente para América Latina ha sido revelada por el cardenal uruguayo Daniel Sturla: el Papa León XIV incluirá a Perú, Argentina y Uruguay en su primera gira oficial por el continente. Esta decisión del Santo Padre busca saldar una "deuda simbólica" con dos naciones que su predecesor, el Papa Francisco, nunca visitó durante su pontificado.
"El santo padre lo tiene muy claro. Estos dos países estuvieron ausentes en la agenda de Francisco, aunque no en su deseo", declaró Daniel Sturla a Radio Carve de Montevideo, aludiendo a la significativa ausencia de Argentina y Uruguay en las giras papales previas.
La inclusión de Perú en esta histórica visita cobra un significado aún más profundo. El purpurado uruguayo destacó que el Papa León XIV, cuyo nombre secular es Robert Francis Prevost, adoptó la nacionalidad peruana en 2015, lo que confirma una fuerte conexión con el país. Prevost, nacido en Chicago, dedicó décadas a su servicio pastoral en el norte de Perú, dejando una huella imborrable, especialmente como obispo de Chiclayo.
Durante la pandemia, la labor de Prevost en Perú fue notoria, inaugurando plantas de oxígeno y fundando iniciativas contra la trata de personas, acciones que cimentaron su reputación como un pastor profundamente comprometido con los más vulnerables.
La visita a Perú marcará un retorno simbólico a sus raíces espirituales. Desde su primera aparición pública como Papa, León XIV ha dedicado emotivas palabras a Chiclayo y a sus fieles. "El Perú está muy presente en mi vida y en mi corazón", afirmó ante miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, demostrando el cariño que siente por la nación que lo acogió.
Con esta gira, el Papa León XIV no solo buscará consolidar la unidad dentro de la Iglesia, sino también estrechar los lazos entre el Vaticano y una región históricamente católica que anhela señales de renovación y cercanía. Su presencia reaviva grandes expectativas en países donde la figura papal no ha estado presente en décadas. Uruguay, por ejemplo, no recibe una visita pontificia desde 1987, cuando Juan Pablo II celebró una misa histórica ante una multitud sin precedentes.
Aunque el anuncio aún no ha sido oficializado por la Santa Sede, la revelación del cardenal Sturla ha generado un enorme entusiasmo y esperanza entre millones de creyentes, quienes ven en el Papa León XIV a un pontífice dispuesto a escribir una nueva página en la relación del Vaticano con América Latina.











