
La madrugada del 10 de abril de 2023, Tacna se vio conmocionada por el brutal asesinato de la profesora Beatriz Mamani en el interior de su propia vivienda. Lo que inicialmente se denunció como un presunto robo por parte de su hija, Valeria Alarcón, ha terminado por desvelar una verdad mucho más perturbadora que sigue generando indignación en la comunidad. Las investigaciones policiales revelaron que la joven no solo fue la autora intelectual, sino también material del crimen, en complicidad con su novio, un adolescente de 17 años en ese entonces.
Inconsistencias y una confesión que destrozó una familia
Desde el inicio, las inconsistencias en el relato de Valeria Alarcón y la ausencia de signos de violencia en la puerta de ingreso de la vivienda encendieron las alarmas de la policía. Tras una exhaustiva investigación, la joven terminó por confesar la autoría del parricidio. El móvil del crimen, según su propia declaración, fue la conflictiva relación que mantenía con su madre, a quien describía como una figura autoritaria.
La confesión de Valeria Alarcón y la implicación de su pareja menor de edad sacudieron los cimientos de la sociedad tacneña, que seguía con consternación el desarrollo del caso.
Giro indignante: La hija solicita ser heredera universal
Sin embargo, el caso volvió a generar una ola de indignación a principios de 2024, cuando Valeria Alarcón solicitó ser declarada heredera única de los bienes de su madre. Esta petición fue formalmente publicada en el diario oficial El Peruano, un hecho que reavivó el debate público y la consternación.
La formalización de esta solicitud ha sido percibida por la opinión pública como un intento frío y calculador de beneficiarse directamente del crimen que ella misma confesó haber perpetrado. La situación plantea serios interrogantes sobre la justicia y la moralidad, en un caso que ha dejado una profunda cicatriz en la memoria colectiva de Tacna.











