
Cada 1 de junio resuena con un significado especial para Acción Popular, rememorando el emblemático suceso cívico de 1956 que vio nacer el liderazgo de Fernando Belaunde Terry. Han transcurrido 69 años desde aquella gesta del Jirón de la Unión, donde la férrea actitud ciudadana, desafiando la represión de la dictadura de Odría, logró la inscripción de la candidatura del "Hombre de la Bandera", forjando un legado de bien común y respeto democrático.
Desde entonces, el desempeño democrático acciopopulista ha sido considerado modélico, caracterizado por un claro proyecto de país y una visión de futuro. El partido ha preservado el respeto al Estado constitucional y ha desarrollado buenas prácticas políticas, apelando históricamente al mecanismo de "un militante, un voto" para la elección de sus candidatos a la presidencia, congresistas, gobernadores y munícipes. Este sistema es percibido como la forma más directa y democrática de promover la participación interna.
El desafío de las elecciones internas y la "desazón" actual
En las últimas elecciones internas, 280 mil acciopopulistas fueron convocados, y 30,413 afiliados votaron en ánforas ubicadas por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en todo el país. Los precandidatos a la presidencia de la República sumaron el 13.7% de los sufragios emitidos en primera vuelta, superando el mínimo del 10% del total de inscritos (28 mil militantes) y manteniendo así su inscripción en el JNE.
Sin embargo, una profunda "desazón" ha surgido en el partido. La actual dirigencia nacional de Acción Popular ha aprobado el sistema de elección por delegados, una modalidad que, según voces internas, no corresponde a la tradición acciopopulista porque no garantiza transparencia, facilita la manipulación y otorga ventajas desde el arranque a quienes controlan el partido. Se insiste en que para evitar la manipulación, es indispensable implementar nuevamente el mecanismo de "un voto por militante".
La controversia se agudiza con el anuncio de la precandidatura a la presidencia de la República por parte del actual presidente del partido. Esta situación ha generado un fuerte rechazo, pues se considera que "no se puede ser juez y parte". Las protestas formuladas por los afiliados que apuestan por candidatos experimentados, con conocimiento de causa y arrastre personal, son calificadas como "razonables".
El riesgo de "jugar con fuego" rumbo al 2026
Actualmente, nombres como los de Alfredo Barnechea y Víctor Andrés García Belaunde son mencionados como candidatos con los méritos necesarios para alcanzar el éxito y el empuje para remolcar a postulantes al Senado y Diputados, asegurando así el 10% del total de sufragios internos y, consecuentemente, mantener la inscripción partidaria.
La interna de Acción Popular se perfila como un escenario de alta tensión. La decisión de cambiar el sistema de elección y la postulación del propio presidente del partido son vistas por algunos como un "juego con fuego" que podría tener consecuencias significativas en la proyección electoral del partido de la lampa rumbo a los comicios de 2026. La preservación de su legado democrático y la unidad interna penden de las decisiones que se tomen en las próximas semanas.











