La propuesta de una semana laboral de 4 días ha ganado terreno en diversos países como una estrategia para mejorar el bienestar de los trabajadores, aumentar la productividad y reducir el estrés laboral. Sin embargo, en Perú, la viabilidad de implementar esta medida enfrenta diversos desafíos que requieren un análisis profundo.
Contexto laboral en Perú
Actualmente, la carga laboral promedio en Perú alcanza las 43.1 horas semanales, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además, un 32% de los trabajadores supera las 49 horas semanales, una cifra alarmante que supera la de otros países de la región. En Lima Metropolitana, 1.7 millones de personas trabajan más de 50 horas a la semana, y 157,700 incluso superan las 80 horas.
La legislación actual y sus limitaciones
La legislación laboral peruana establece una jornada de trabajo de 8 horas diarias o 48 horas semanales. Cualquier modificación a este esquema requeriría cambios legislativos que armonicen los intereses de empleadores y empleados, sin afectar los derechos laborales ni las condiciones de trabajo.
Obstáculos para implementar la semana laboral de 4 días
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Alta informalidad: La informalidad laboral, que alcanza a más del 70% de los trabajadores en Perú, representa un obstáculo significativo para la implementación generalizada de una semana laboral de 4 días. La mayoría de estos trabajadores no gozan de los beneficios laborales básicos, como la jornada laboral regulada, y su situación dificulta la adopción de medidas que no se ajusten a la realidad del sector informal.
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Exceso de horas trabajadas: Incluso en el sector formal, las jornadas laborales suelen exceder las 48 horas semanales establecidas por ley. La falta de fiscalización adecuada y la ineficacia en el seguimiento de las horas de trabajo, especialmente en modalidades como el teletrabajo, agravan este problema.
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Impacto en la productividad: Reducir las horas de trabajo sin un aumento significativo de la productividad podría generar una disminución en los ingresos, especialmente en sectores como servicios, comercio y agricultura no transformadora, donde la mayoría de la fuerza laboral se concentra.
¿Qué se necesita para avanzar hacia una semana laboral más corta?
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Formalización laboral: La formalización del mercado laboral es un paso crucial para garantizar que todos los trabajadores gocen de los beneficios laborales básicos, incluyendo una jornada laboral regulada. Esto implicaría acciones como la lucha contra el trabajo informal y la promoción del trabajo decente.
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Mejora de la productividad: Antes de considerar cambios radicales en la jornada laboral, es fundamental enfocarse en mejorar la productividad a través de medidas como la incorporación de tecnología, la capacitación de los trabajadores y la optimización de procesos.
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Cumplimiento de las normas laborales: Un marco legal robusto y una fiscalización efectiva son esenciales para garantizar que se cumplan las normas laborales vigentes, incluyendo la jornada laboral máxima. Esto permitiría proteger los derechos de los trabajadores y crear un entorno laboral más justo.
Fuente: Organización Internacional de Trabajo (OIT). Actualización del 11 de enero de 2024
Conclusión
Si bien la semana laboral de 4 días presenta beneficios potenciales, su implementación en Perú requiere un enfoque gradual y estratégico que aborde los desafíos existentes, como la alta informalidad, el exceso de horas trabajadas y la necesidad de mejorar la productividad. En lugar de replicar modelos de otros países, es fundamental adaptar las políticas a la realidad peruana y enfocarse en fortalecer el marco legal y promover el cumplimiento de las normas laborales. Solo así se podrá avanzar hacia un modelo de trabajo más equilibrado y productivo que beneficie a todos los actores involucrados.