En medio de la turbulencia política, el congresista de Perú Libre, Waldemar Cerrón, enfrenta un aluvión de críticas por sus recientes declaraciones sobre el paradero de su hermano, Vladimir Cerrón, prófugo de la justicia por más de 200 días. La incertidumbre sobre la ubicación de Vladimir ha generado un debate nacional, exacerbado por las palabras de Waldemar, quien insiste en que su hermano reside “en el corazón del pueblo” y en el legado de sus obras como exgobernador de Junín.
Desde Huancayo, Waldemar Cerrón Rojas se aferra a la narrativa de que las contribuciones de su hermano a la comunidad, como el Puente Comuneros y el hospital neoplásico de Junín, son más significativas que su actual situación legal. “Sabemos que está en el corazón del pueblo, en las obras”, afirmó Cerrón, evadiendo la cuestión de la orden de captura pendiente contra Vladimir.
La respuesta de Waldemar a las preguntas sobre la justicia ha sido igualmente evasiva. “Vladimir ha respondido mucho más de lo que están pensando. La justicia es la que no responde a mi hermano”, declaró, sugiriendo una percepción de desequilibrio en el trato de Vladimir por parte del sistema judicial.
Este juego de palabras ha provocado indignación y escepticismo entre los ciudadanos y la prensa, quienes cuestionan si Waldemar Cerrón está intentando desviar la atención de las obligaciones legales de su hermano con un sentimentalismo populista. Mientras tanto, el habeas corpus presentado por la defensa de Vladimir sigue en debate, dejando a la nación en espera de una resolución clara y justa.